La ciencia tiene asignaturas pendientes

En pleno siglo XXI, ya llevamos unos cuantos años viviendo como seres humanos y no podemos negar que nuestras vidas han cambiado gracias a la ciencia. Hemos pasado de comer con las manos a comer con cuchara, aunque sigue habiendo incivilizados, hemos dejado los trabajos más pesados para las maquinas, hemos conseguido salvar más de una vida debido al avance en medicina, hemos creado galletitas para satisfacer a nuestras mascotas, tenemos lo nuevo en tecnología, el Iphone5 que nuestro querido Steve Jobs nos ha dejado, y un sinfín de cosas más… Pero la ciencia sigue suspendiendo unas materias que no logra resolver, las preguntas que nos llevan acompañando desde el hombre primitivo que sale de caza para alimentar a su familia hasta el hombre que tiene un despacho con todo tipo de comodidades,
¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Para qué vinimos?
Preguntas que nos hacemos constantemente en vano, dado que nunca encontramos la solución “verdadera”, cada uno desarrolla una idea que le permitirá seguir su camino con su creencia, pero ésta no le vale a toda la humanidad en su conjunto.
Lo único que tenemos claro es que tenemos que manejar nuestro propio avatar, nos rodean personas que nos pueden facilitar el trayecto y que nos hacen sentir emociones, obstáculos que hay que superar para hacer el camino más entretenido, victorias, derrotas, alegrías, superaciones… El mundo en sí parece inmenso pero en realidad se componen de pequeñas cosas, como todo en esta vida, que son las que realmente nos van a hacer disfrutar.
Esto que llamamos vida es como una entrada a un parque de atracciones que nos dieron sin preguntar y lo único que nos dejaron saber es que tarde o temprano se caducaría, todos nosotros tenemos una, ahora bien, en nuestra mano está entrar al parque y montarte en todas las atracciones posibles con aquellas personas que te vayas encontrando a medida que avanzas o quedarte fuera, contemplando e intentando entender algo que no es inteligible.

Eutanasia, ¿acto ético o no ético?

Primero definiré qué se entiende por eutanasia: acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él.

Lo que tengo claro es que lo único que nos pertenece en este mundo es nuestra vida, por esa razón, ni la autoridad más poderosa de nuestros tiempos tendría derecho a quitárnosla sin nuestro consentimiento. ¡Ojo! sin nuestro consentimiento he dicho, con él, considero que cualquier persona preparada psicologicamente para hacerlo, sin desarrollar un sentimiento de culpa, puede hacerlo. El debate surge cuando nos situamos en una situación concreta, por ejemplo, una persona lleva más de 25 años en estado, hablando coloquialmente, vegetal, y la única persona que valora su situación, digamos que es su madre, creo que esta persona, puesto que es lo más cercano que tiene, tiene el derecho y la obligación de decidir sobre si es el momento de poner fin a la impasibilidad del paciente.

¿Estáis de acuerdo con mi opinión? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?

El método científico.

Los pasos que hay que seguir para realizar el método científico son:

1-Observación: recopilar datos sobre el objeto que queremos analizar
2-Hipótesis: creamos una teoría a raíz de nuestros conocimientos básicos
3-Experimentación: consiste en comprobar si nuestra hipótesis es verídica
4-Teoría: es una hipótesis a la que se le han añadido hechos
5-Ley: es la hipótesis confirmada.